Pues verás, en 1859 el banquero suizo Henry Dunant se encontraba en el norte de Italia cuando tuvo lugar la batalla de Solferino, que se saldó con 6.000 muertos y 40.000 heridos abandonados a su suerte.
Durant no se quedó de brazos cruzados ante la situación y, convenciendo a los habitantes de los pueblos cercanos para que le ayudasen, comenzó a socorrer a los heridos sin distinguir por bando. Tres años después, sus experiencias se condensarían en un libro llamado Un recuerdo de Solferino, en el que incluye lo que podemos llamar un primer vistazo al proyecto que mas tarde sería las sociedades de la Cruz Roja: habla de voluntarios entusiastas y dedicados, perfectamente calificados para su trabajo, que se ocuparían de cuidar a los heridos en las guerras. Las sociedades serían entes neutrales, capaces de prestar ayuda a todo el que la necesitara.
En 1863, el Comité Internacional de la Cruz Roja se constituyó oficialmente, y al año siguiente, habiendo logrado el apoyo del Gobierno Suizo, se convocó una conferencia diplomática en la que varios países europeos, incluyendo España, Portugal, Alemania, Bélgica, Italia, Suiza, Dinamarca, Francia y varias naciones menores que hoy día forman parte de Alemania, firmaron el Primer Convenio de Ginebra, acordando la protección de los militares heridos, la neutralidad del personal sanitario y los hospitales, la adopción del emblema de la cruz roja sobre fondo blanco como símbolo protector (los colores de la bandera suiza, invertidos), el establecimiento de un comité permanente y la promoción internacional de sociedades de socorro.
Pero aquí surge la cuestión: si el símbolo tiene su origen en la bandera suiza, ¿por qué existe también la media luna roja? La respuesta hay que buscarla en la guerra entre Rusia y Turquía de 1876, en la que el Imperio Otomano declaró que prefería usar la media luna roja sobre fondo blanco, ya que la cruz hería las susceptibilidades de los soldados musulmanes. A pesar de esto, la cruz roja fue respetada y ambos símbolos coexistieron, a título provisional durante la guerra, y oficialmente tras la Conferencia Diplomática de 1929, en la que Turquía, Persia y Egipto. Tanto la cruz como la media luna, sin embargo, seguiría siendo objeto de discusión durante el resto del siglo, hasta que finalmente en 2005 se propuso incorporar un tercer símbolo, el cristal rojo, con forma de diamante, para quienes prefirieran uno sin connotaciones religiosas. En 2007 fue aceptado oficialmente.
¡Pero hay más! Con los años, la Cruz Roja ha evolucionado, y ya no se dedica exclusivamente a tratar heridos de guerra, sino que desarrolla numerosas labores sociales: actuar con los más jóvenes, asistir a población en riesgo social, cuidar el entorno y el medio ambiente, acompañar a personas vulnerables, actuar en socorros y emergencias, cooperar con los equipos internacionales, sensibilizar y apoyar en eventos, capacitar y empoderar a las personas, o colaborar como como personal administrativo son alguna de las muchas opciones a disposición de los voluntarios que deseen participar.
¡Ah! ¿Sabías que en reconocimiento a su labor, el Comité Internacional de la Cruz Roja participa en calidad de observador en la Asamblea General de las Naciones Unidas? Sin duda, todo en un hito para algo que comenzó como un grupo de compañeros preocupados por el cuidado de los heridos, y que prueba el poder de la piedad y la cooperación humana.