María Martín Titos (Granada) | Durante casi 15 años, he sido escritora, guionista, directora de documentales y dinamizadora social. He estado al frente de entidades sin ánimo de lucro, tanto asociaciones como fundaciones, y actualmente compagino mi trabajo de gerente en Suministros Industriales Joaquin Plata S.L. con el de presidenta de AAPE (Asoc. Adopción Punto de Encuentro), así como el de coordinar y desarrollar numerosos proyectos de ámbito social, relacionados con la educación, la diversidad y la escuela. Yo siempre he defendido que la diversidad es la mayor riqueza del ser humano. Y, por supuesto, todo esto lo compagino con el trabajo más importante de mi vida, que es el de ser madre adoptiva. Este fue un hito muy importante, ya que me puso en contacto con una realidad que hasta entonces era desconocida para mí. Desde aquel momento, mi labor como interventora social y experta en diversidad, entre otras actividades, han ido enfocadas, a la sensibilización, concienciación e inclusión de la diversidad en numerosos ámbitos, entre ellos, el del mundo empresarial.
Creo firmemente que, en la diferencia, realmente está la riqueza. La diversidad dentro del equipo de trabajo es fundamental. En mi despacho tengo un cuadro bien grande que dice: Nuestra fortaleza está en nuestras diferencias, no en nuestras similitudes. Mi equipo de trabajo y yo no creemos en el concepto de “normalidad”
Siempre ponemos primero a las personas. Estoy convencida de que esta es la vía correcta para que una organización crezca y alcance sus objetivos, y así alcanzar un mayor nivel de satisfacción. En nuestro proceso de mejora continua, siempre empezamos por nosotros mismos, cuidando con celo el ambiente de trabajo, los procesos internos, y por supuesto, la salud y seguridad de nuestros trabajadores, para que así toda la organización este alineada en transmitir estos valores. No olvidemos que las personas que lo tienen un poco más difícil o un mucho más difícil que los demás, tienen que afrontar sus retos con más valentía y determinación.
El liderazgo tiene que ir acorde con tus valores y para ello tienes que conocerte muy bien a ti mismo. No olvidemos que el equipo de trabajo, es el reflejo de quien lo lidera. Ese es sin duda el secreto para diferenciarme. Si tienes esto en cuenta podrás inspirar y conectar con las personas.
Nosotros, la generación de jóvenes empresarios tenemos que ser conscientes de que vamos a liderar el cambio. Cada vez somos más jóvenes empresarios los que creemos que debemos utilizar nuestra energía y nuestra influencia en el objetivo de mejorar, no sólo nuestras empresas, sino también nuestra sociedad. Y ésta nos tiene que ver, no sólo como generadores de puestos de trabajo, o como pagadores de impuestos, sino como agentes activos que se preocupan en mejorar nuestro entorno, en mejorar la calidad de vida de las personas, en definitiva, en dejar huella en el propósito último de mejorar el mundo. Hace poco escuché una reflexión sobre que el mundo empresarial y la sociedad tienen que estrechar filas. “Sólo así evitaremos dejar huecos por donde se cuelen los populismos.” Tengo la convicción de que este objetivo está en nuestras manos.
La RSC no sólo es para las grandes corporaciones. Somos las Pymes las que conformamos la inmensa mayoría del tejido empresarial de nuestro país, y por ello somos nosotros los que no debemos quedarnos atrás en la misión de liderar este cambio. La Responsabilidad social corporativa constituye un nuevo modelo de enfocar la gestión empresarial que, además de los resultados financieros, debe contemplar su efecto positivo en la sociedad y en el medio ambiente.
Algo que se resume en la “Triple P”: PEOPLE, es decir, los aspectos sociales y humanos. PLANET, refiriéndose a la sostenibilidad medioambiental. Y lógicamente el PROFIT, los aspectos financieros y de rentabilidad.
En esta visión más actual y proactiva de las organizaciones, la colaboración del mundo empresarial e institucional en mis proyectos adquiere una nueva dimensión.
Deseo que esta relación vaya más allá de la filantropía y que reporte beneficios diferenciadores de reputación y de imagen a quienes participen en estos proyectos.
Mi último proyecto que hemos creado y que lidero junto con Sergio Oya, en el que ya somos un grupo importante de empresas granadinas solidarias comprometidas con la diversidad e igualdad de oportunidades se llama: GRANADÁ. Porque Granada “DÁ” calidad de empresas, empresarios y empresarias comprometidas.
El proyecto GRANADÁ trabaja en múltiples áreas de actividad estrechamente relacionadas entre sí. La conjunción de todas ellas han de ayudar a que la diversidad deje de ser un concepto relacionado con la diferenciación. Que se arraigue bajo el paraguas de la igualdad, el respeto y la riqueza social. Empezamos este año con la La acción “Soy Persona” la cual tiene cubierto el objetivo de ayudar al proyecto de mayores de alta intensidad de La Ciudad de los niños con las aportaciones de las empresas participantes y colaboradoras. Cubrirán algunas de las necesidades de estos chavales para que puedan tener más facilidades para labrarse un futuro, tener una salida laboral y una vida digna.
Granadá es un proyecto que me ilusiona mucho porque vamos a mostrar una Granada empresarial solidaria y con gran conciencia de la RSC. Los empresarios que la forman están hechos de una pasta especial, y por supuesto todos poseen un corazón extraordinario. Todos ellos tienen grandes habilidades, como el liderazgo, la conciencia social, y sin duda, creo que vamos a dejar huella en nuestro entorno.
Hace tan sólo dos meses me dieron el “Premio Ideal Liderazgo en Femenino” en la categoría de RSC. Recibí muchísimas felicitaciones, pero me entristecía darme cuenta que cuando nombraba que había sido premiada en la categoría de la Responsabilidad Social Corporativa, a mucha de esas personas que me felicitaban le sonaba como si hablara en otro idioma. Muchas no habían oído hablar de la RSC, y a algunas les sonaba algo, pero que hacen las grandes empresas para “decorar” su portfolio. Espero que con aportaciones como esta y dando visibilidad a la RSC sea una realidad y esté dentro del ADN de cada una de las pequeñas y medianas empresas. Mi consejo es que, si es posible en el momento de crear tu empresa, crea a la vez un departamento de RSC. Te trazará la línea a seguir. Para mí ha sido y es fundamental.