Una vez más, la sanidad española se eleva hasta el primer puesto de un ranking mundial. Según el informe anual The Global Competitiveness Report del Foro Económico Mundial, que analiza la situación económica y social de 141 regiones, mejoramos notablemente en este campo y compartimos el número uno con Japón, la Región Administrativa Especial de Hong Kong de la República Popular China y Singapur. Los cuatro han obtenido la mejor nota posible: 100,0 puntos. Y todos ellos, excepto Hong Kong (territorio del que no hay datos en este campo), se sitúan además en el top tres de países con la mayor esperanza de vida saludable. Es decir, lugares en los que se vive más tiempo sin problemas serios de salud. En este sentido, España se queda con la tercera plaza, con una puntuación de 72,4. El documento completo mide la competitividad de esos 141 territorios basándose en 12 pilares, entre los que está la sanidad. Teniéndolos todos en cuenta, nuestro país se sitúa en el puesto 23, por encima de grandes potencias económicas como China o de referentes de la calidad de vida como Islandia.
No es la primera vez que España alcanza puestos de honor en el plano sanitario. El pasado año Bloomberg publicaba su Healthiest Country Index 2019 en el que se colocaba en el primer puesto como país más saludable del mundo. El informe, que analizaba 169 países, tenía en cuenta diversos factores que influyen en la calidad de vida. No sólo las características del sistema sanitario, también los hábitos alimenticios, la esperanza de vida, porcentajes de tabaquismo y obesidad y las particularidades medioambientales, entre otros. De esta manera, España obtuvo una puntuación global de 92,8 sobre 100 y adelantó seis posiciones hasta desbancar a Italia del primer puesto.
En la última edición del estudio Health-Efficiency Index 2018, también de Bloomberg, España es reconocida por tener la sanidad más eficiente de Europa y la tercera del mundo, solo por detrás de Hong Kong y Singapur. El texto valora con especial intensidad nuestro sistema de atención primaria y destaca el trabajo de los médicos de familia y del personal de enfermería. Según su análisis, éstos aportan un valor esencial a la sanidad española por la capacidad que tienen de brindar servicios de prevención segmentados por edad y género, según las necesidades de la población. Y también de proporcionar una atención adecuada para enfermedades agudas y crónicas.
Por otra parte, la publicación de divulgación científica The Lancet elaboró en 2018 otro informe que analizaba la atención y acceso a la sanidad. El Healthcare Access and Quality Index nos sitúa en la posición 19 de 195 países de todo el mundo. Este documento mide la calidad del sistema sanitario comparando las tasas de mortalidad de 32 enfermedades curables y adjudicando una puntuación de 0 a 100 en función de si la atención médica es la adecuada. Teniendo todos estos factores en cuenta, España obtiene 92 puntos, igualándose a naciones como Nueva Zelanda, Dinamarca, Alemania y Francia. En el primer puesto del ranking se encuentran Islandia y Noruega con 97 puntos.
Una mayor esperanza de vida
Junto con Japón y Suiza, España es uno de los países del mundo con mayor esperanza de vida al nacer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS): 83,1 años, síntoma del buen funcionamiento de su sistema sanitario y de la calidad de vida de su población. Una cifra que, según las previsiones del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington, podría llegar a los 86 en 2040. El crecimiento constante de esta variable se debe a la reducción de la mortalidad después de los 65 años, una de las más bajas de la Unión Europea, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El estudio Spain: Health System Review, elaborado por el European Observatory on Health Systems and Policies, asegura que las muertes evitables en España han pasado de 62,9 por 100.000 habitantes en el año 2000 a 45,4 en 2015, una cifra que está muy por debajo de la media de la UE (60,9).
Todos estos datos demuestran que nuestro país sigue siendo un gran referente mundial en el campo de la salud. En él se va a seguir trabajando con el fin de mejorar aún más, si cabe, su eficiencia y favorecer así la calidad de vida de las personas.