Este 2020 los derechos de las mujeres y la igualdad de género están cobrando protagonismo. Han transcurrido veinticinco años desde la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, hoja de ruta progresista para la igualdad de género. Hoy es hora de hacer un balance de los progresos y reducir las desigualdades persistentes con acciones audaces y decisivas. El tema del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) de este año es “Soy de la Generación Igualdad: Por los derechos de las mujeres”.
Hay que movilizar a todas las personas para eliminar la violencia de género; hay que exigir justicia económica y derechos para todas las personas; autonomía sobre los propios cuerpos, derecho a la salud sexual y reproductiva; y acciones feministas por la justicia climática.Hay que apostar por la tecnología e innovación para la igualdad de género; y liderazgo feminista. Las pequeñas acciones pueden generar grandes repercusiones y hacer realidad esta visión. Este Día Internacional de la Mujer, únete a la #GeneracionIgualdad y sé parte del movimiento.
Desde la huelga sexual de las mujeres de Liberia que allanó el camino hacia la paz, el «Día Libre de las Mujeres» en Islandia para reclamar la igualdad económica hasta la repercusión mundial del movimiento #MeToo, la historia nos enseñó que el cambio es posible a través del activismo colectivo. El cambio, sin embargo, no se trata solamente de grandes titulares, victorias legales y acuerdos internacionales: la manera en que caminamos, pensamos y actuamos todos los días puede generar un efecto dominó que beneficie a todas las personas. A medida que nos introducimos en la nueva década y hacemos un balance de los avances a nivel mundial en materia de derechos de las mujeres, únete a Generación Igualdad para promover la igualdad de género mediante estas simples acciones diarias.
1. Compartir el cuidado
¿Alguna vez escuchaste el dicho «el trabajo de una mujer nunca se termina»? Bueno, es verdad: las mujeres se ocupan tres veces más del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres. Esto se traduce en tiempo y energía que se les quita a las mujeres para avanzar en sus carreras, ganar más dinero y disfrutar de las actividades de ocio.
Demuestra que te importa: comprométete a repartir por igual las tareas domésticas, las responsabilidades de crianza y otro trabajo no remunerado. A continuación, te ofrecemos algunas estrategias para que te pongas en marcha:
Empieza por tener una charla con tu familia. Identifica las necesidades de cuidado y las responsabilidades domésticas.
Considera y analiza tus fortalezas cuando compartas las responsabilidades de cuidado.
Organiza las actividades domésticas mediante una lista de tareas.
Desde poner la mesa hasta cocinar, alienta a las niñas y niños a colaborar por igual en las tareas domésticas.
Si uno de los cónyuges de la familia trabaja a tiempo completo, reconoce y admite el valor de su trabajo.
2. Denunciar los casos de sexismo y acoso
Desde los piropos y la machoexplicación hasta las bromas sexuales inapropiadas, las mujeres se enfrentan a diario a todo tipo de comportamiento sexista e irrespetuoso en lugares públicos y privados.
Puedes ser un observador activo al romper el status quo y desafiar a tus pares. Empieza por denunciar cualquier comportamiento inadecuado de manera segura y respetuosa. Cuestiona cualquier noción estereotipada de género, como «una mujer debería saber cuál es su lugar» y «no te pongas sensible», mediante un diálogo abierto. Cuando se trate de entablar una conversación, conoce los hechos, de modo que la próxima vez que alguien te haga comentarios como «¡La brecha salarial es un mito!», puedas acallar en seco y con elocuencia esa información falsa.
Si eres testigo de un caso de acoso, denúncialo y da un paso adelante. Busca la ayuda de otras personas si tienes miedo de hacerlo. Tómate el tiempo de escuchar a la víctima y pregúntale de qué manera la puedes ayudar.
Para obtener más consejos sobre cómo poner fin a la violencia contra las mujeres, visita unpacktheeveryday.org
3. Rechazar el binarismo de género
Repite después de mí: es la humanidad, no el hombre.
Es posible que no parezca ser un asunto importante, pero los términos como «masculino o femenino» y «mujeres u hombres» excluyen a las personas no binarias e intersexuales que no entran en ninguna de estas categorías. En todas las culturas, siempre han existido diversas identidades de género, por lo tanto, asegurar los derechos de las personas transgénero, genderqueer, no binarias y otras categorías —quienes, a menudo, sufren niveles terribles de violencia y discriminación en todo el mundo— es una parte inherente de la igualdad de género. (Consejo profesional de Generación Igualdad: visita el sitio web «Genderbread Person» para conocer la diferencia entre sexo, género, identidad de género y expresión de género).
Todos los días, el lenguaje juega un papel muy importante en la ruptura de los estereotipos de género y el rechazo de la categoría binaria «hombre-mujer». En lugar de emplear frases como «damas y caballeros» o «niños y niñas», recurre a un término neutral en materia de género como «público», «niñez» o «ustedes». Estos pequeños cambios pueden contribuir en gran medida a cambiar las percepciones culturales de género.
No asumas que conoces el pronombre o el género de una persona. Una manera de iniciar una conversación es pronunciar el tuyo: incluye tus pronombres cuando te presentes o agrégalos en tu firma de correo electrónico o tus perfiles de redes sociales. Los pronombres de género abarcan los siguientes: él, ella, elle, elles, ellxs, nosotres, nosotrxs. Cuando te refieras a una persona utilizando los pronombres, el género y el nombre con los que se identifica, no menciones ni reveles la orientación sexual, la identidad de género o la condición intersexual de la persona sin su consentimiento.
4. Exigir una cultura de igualdad en el trabajo
Desde el acoso sexual hasta la brecha salarial de género, las mujeres enfrentan una lista completa de prácticas discriminatorias en lo que se refiere al lugar de trabajo. Exige un ambiente de trabajo progresista a través de la representación equitativa de mujeres en los altos cargos y juntas directivas, la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor y el dictado de cursos de formación sobre igualdad de género.
Las mujeres suelen hacer grandes sacrificios profesionales para tener una familia, lo que repercute en su bienestar personal y económico. Una manera de igualar las condiciones es luchar por la aprobación de políticas unificadas de licencia parental que ofrezcan un período amplio de licencia remunerada a las madres y los padres biológicos y adoptivos. Es importante alentar a los padres a desempeñar un papel activo en la crianza de sus hijas e hijos. Los programas de reinserción laboral también pueden ayudar a las mujeres a recuperar la formación que pudieran haber perdido cuando están listas para reincorporarse en el mercado laboral.
Otras maneras sencillas de facilitarles la vida profesional a las madres abarcan las siguientes: pedir salas de lactancia, refrigeradores para conservar la leche materna, horarios flexibles de trabajo y servicios de atención infantil asequibles y de calidad en el lugar de trabajo o cerca de él.
Esfuérzate por apoyar activamente a las empresas con un sólido historial en materia de igualdad de género. Consejo profesional de Generación Igualdad: la organización Equileap elabora una lista anual de las 100 empresas más equitativas respecto del género en el mundo, basándose en los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres, establecidos por ONU Mujeres y el Pacto Mundial de Naciones Unidas. Alienta al director o la directora general de tu empresa a firmar hoy mismo los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres y, de este modo, poder aparecer en la lista.
5. Ejercer tus derechos políticos
Por desgracia, las mujeres siguen estando insuficientemente representadas en los cargos políticos más altos. Hasta 2020, las mujeres sólo ocupan el 25 % de los escaños en los parlamentos nacionales y representan menos del 7 % de la dirigencia mundial. ¿Cuál es la manera más fácil y directa de marcar una diferencia? ¡Votar! Y considera votar por las mujeres.
Infórmate sobre las próximas elecciones y difunde cuáles son las candidatas fuertes. Regístrate para votar si no lo has hecho y consulta con tus amistades y familiares para asegurarte de que también se hayan registrado. Posteriormente, asiste a las elecciones. (Es lo menos que puedes hacer, teniendo en cuenta lo mucho que lucharon las mujeres por el derecho al sufragio).
Asimismo, puedes causar un impacto donando tiempo o dinero. Ayuda a correr la voz con el mínimo esfuerzo mediante la realización de llamadas o el envío de mensajes de texto en favor de tu candidata preferida. Si estás lista o listo para asumir un mayor compromiso, participa a tiempo completo en una campaña política, alienta a las mujeres que conozcas a postularse para un cargo o lanza tu propia campaña.
6. Comprar con responsabilidad
Ya sea que se trate de tu próxima botella de champú o de un nuevo pantalón vaquero, la manera en que compras puede tener un impacto real en el medio ambiente y, a su vez, en la vida de las mujeres y las niñas. El cambio climático afecta de manera desproporcionada a las mujeres de todo el mundo. Los desastres humanitarios provocados por el clima a menudo exacerban las desigualdades de género existentes y, como consecuencia, las mujeres y las niñas quedan expuestas a mayores índices de violencia, malnutrición y otros riesgos.
Tienes el poder de mitigar estos impactos. A continuación, te detallamos algunas maneras simples de dar los primeros pasos:
Elige productos ecológicos y compra ropa de segunda mano.
Evita el consumo de plásticos desechables.
Recicla, suprarecicla o dona tu ropa y otros artículos.
Anima a otras personas a seguir tu ejemplo: hazle saber a tus amistades por qué tu nuevo producto sustentable es superior al de un minorista de moda rápida o una gran tienda (¡Eso es cosa del pasado!).
7. Ampliar la cantidad de libros, películas y otros medios feministas
La próxima vez que recorras una librería u organices una noche de película, considera elegir algo escrito o dirigido por mujeres (y para mujeres). Las películas, los libros, los diarios, los podcasts y otros medios populares tienen efectos duraderos en las percepciones culturales de género, lo que les brinda a las mujeres una plataforma poderosa para compartir sus historias y perspectivas. Sin embargo, las industrias cinematográfica y editorial siguen estando fuertemente dominadas por los hombres, y las narrativas populares, por lo general, describen a las mujeres como personajes unidimensionales u objetos sexuales, o bien las excluyen por completo. En un análisis de películas populares de 11 países, se descubrió, por ejemplo, que en sólo el 23 % de ellas la protagonista era una mujer, un número que se acerca bastante al porcentaje de mujeres cineastas (21 %).
Puedes amplificar las voces de las mujeres y las feministas que están reescribiendo esta narrativa, para ello, mira, escucha, lee e invierte en los medios que producen. ¿No sabes por dónde empezar? A continuación, compartimos 12 libros feministas que todas las personas deberían leer.
8. Enseñarles a las niñas lo valiosas que son
Princesita. Vulnerable. Mandona. Incluso antes de llegar a la pubertad, las niñas de todo el mundo ya han internalizado creencias sobre su lugar, valor y papel en la sociedad como personas dependientes, vulnerables o incapaces, y se les enseña que deben actuar de esa manera, lo que refuerza los estereotipos de género y les impide desarrollar todo su potencial.
Es difícil desaprender este tipo de creencias. Por este motivo, es muy importante abordarlas desde temprana edad. Recuérdales a las niñas que forman parte de tu vida que son fuertes, capaces y se merecen el mismo respeto que los niños. Asegúrate de que entiendan de que son mucho más que su apariencia: elógialas por su inteligencia, fortaleza, capacidad de liderazgo, destreza física y muchas áreas más.
Anima a las niñas a alzar la voz y hacerse valer. Contrarresta las narrativas y el lenguaje que las persuada de no hacerlo: diles que son «audaces», no «mandonas». Demuéstrales que sus pensamientos importan pidiéndoles su opinión y escuchándolas cuando hablen. Y si eres madre/padre o profesor/a, invierte en juguetes, libros y películas que sean neutrales en materia de género. Muéstrales a las niñas las posibilidades de su potencial y permíteles jugar como deseen. Hazles saber que no existe una manera correcta o incorrecta de ser una niña.
9. Desafiar el significado de «ser un hombre»
Actúa como un hombre. Los niños no lloran. Los niños son niños. Estas nociones tradicionales de masculinidad suelen desalentar a los niños y los hombres de comunicar abiertamente sus sentimientos. Tanto en tus amistades o relaciones como en tu familia, apoya las expresiones de masculinidad que involucren la vulnerabilidad, la sensibilidad, el cuidado y otros rasgos que, por tradición, no son masculinos. Fomenta un entorno donde los niños y los hombres se sientan seguros al expresar sus emociones: déjales saber que sus sentimientos son válidos e invítalos a compartirlos. No te burles de ellos ni los ignores, y delata a quienes lo hagan.
10. Comprometerse con una causa
Existen muchísimas causas que puedes apoyar. En primer lugar, elige un tema sobre igualdad de género que te interese y busca un grupo o campaña especializado en él. Si aún no lo has hecho, súmate a la campaña Generación Igualdad de Naciones Unidas, que une a activistas como tú para exigir la igualdad de género en esta generación. Puedes empezar compartiendo nuestros mensajes aquí. Tu donación a ONU Mujeres también puede romper el ciclo de violencia, atender a las víctimas e impulsar la inclusión económica y la igualdad de derechos de las mujeres y las niñas en todos los rincones del planeta. La acción colectiva puede operar en todas las escalas. ¡Ninguna acción es demasiado pequeña! El primer paso es presentarse. Puedes asistir a una asamblea pública o una protesta relacionada con un asunto comunitario, o compartir un artículo o noticia. Y si no puedes encontrar un grupo que se ocupe del tema de tu interés, inicia uno.
11. Desafiar los estándares de belleza
Si bien los estándares de belleza varían de un lugar a otro, casi siempre fomentan una visión estrecha e irreal de la feminidad. A menudo, las mujeres le dedican mucho más tiempo, energía y dinero a su apariencia que sus pares masculinos. Este tipo de doble patrón alimenta la idea que la mujer no es realmente la dueña de su cuerpo, que es un objeto diseñado para el consumo público. Los ideales estéticos irreales pueden asimismo provocar graves problemas mentales y físicos.
La industria publicitaria impulsa las ventas aprovechando estos ideales y explotando las inseguridades que transmiten. Ten esto en cuenta cuando pases delante de un cartel publicitario u hojees una revista. Puedes desafiar el status quo publicitario al apoyar a las empresas que muestran diversidad en sus anuncios. Obtén más información sobre cómo ONU Mujeres está trabajando con la industria publicitaria para lograr cambios positivos a través de la iniciativa Unstereotype Alliance.
Cuestiona tus creencias sobre lo que significa la belleza. Empieza por pararte frente al espejo: observa la manera en que piensas y hablas sobre tu apariencia y la próxima vez que te descubras criticándote, intenta elogiarte. Dales el mismo valor a todos los cuerpos, puesto que son motivo de celebración, independientemente del tamaño, las habilidades o el color, y denuncia los casos de humillación física cuando seas testigo de ellos.
12. Respetar las decisiones de las demás personas
Cada persona tiene el derecho de tomar decisiones sobre su cuerpo, bienestar, familia y futuro. Cuando las decisiones de otra persona te molesten, pregúntate por qué. Analiza los prejuicios que puedan estar impulsando tu reacción y considera las circunstancias que llevaron a que la vida de esa persona fuera diferente a la tuya. Escucha sus argumentos. A veces, nos cuesta entender una decisión que nunca tuvimos que tomar. Asume la responsabilidad de aprender y pensar de manera crítica sobre las situaciones de las demás personas.