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Barbecho: enredando en Granada por la participación real de migrantes y refugiadas

Situaciones como estas se dan cada día en nuestra ciudad sin que lo sepamos. Son muchas las personas migrantes y refugiadas, y las asociaciones aliadas, que ven cómo las barreras para participar en la vida pública y privada les afectan y las hacen beneficiarias de acciones que cubren, en muchos casos, necesidades que no han expresado. Personas que sufren en primera persona el impacto negativo de no formar parte de espacios de toma de decisiones y entidades que las acompañan con cierta frustración. La Enredadera es el primer proyecto de nuestra asociación, Barbecho, un proyecto comunitario que presenta la participación como bálsamo y la deconstrucción como tratamiento, que pretende desmontar la percepción paternalista de la “acogida” y proponer cauces de colaboración humanos para el bienestar de todas las partes.

Este proyecto, que cuenta con financiación de la Diputación de Granada, es nuestra primera iniciativa grupal, que se inspira en el modelo befriending para crear una red de personas que comparten recursos, conversan y reflexionan, se preguntan cómo están de forma genuina, pero huyendo de esa verticalidad de los programas tradicionales de mentoría en los que la persona migrante “es ayudada” por la persona local. Nuestra enredadera es una red en la que el conocimiento es compartido, en la que desde un punto de vista participativo se establecen conclusiones que hacen que todo el mundo esté cómodo, que surgen del consenso y el intercambio, con el aspecto cultural del fondo considerado llave más que barrera. Las reflexiones de nuestra enredadera son sencillas: no hace falta ser un experto en migraciones y asilo para saber cómo escuchar activamente a una persona; siempre se puede partir de la propia experiencia para llegar a conclusiones grupales a través de lo cotidiano y común.

Para llevar todo esto a cabo un grupo de personas de Granada, de diferentes procedencias y con diferentes experiencias migratorias (no todas las integrantes somos solo migrantes, definidas al uso, o personas locales; las ópticas desde las que (nos) exploramos son múltiples), nos hemos estado reuniendo de forma quincenal en Granada para reflexionar sobre todo lo que nos preocupa. Ahora que las circunstancias nos encierran seguimos también trabajando de forma virtual, explorando qué tendría que pasar para que todas las personas participaran de forma igualitaria en los espacios que las determinan, o para que todas esas migrantes y refugiadas a partir de las que se pensó La Enredadera puedan expresar aquello que no les gusta del concepto “acogida” y su aplicación práctica en el sistema, que sepan cómo hacer llegar sus propuestas o sugerencias a los espacios correctos y utilizar sus voces para expresarse sin que otras personas tengan que “facilitarles” la escucha.

Todas las conclusiones a las que estamos llegando, que giran en torno a la necesidad de no reducir a la persona a su condición de migrante y naturalizar las relaciones interpersonales para abolir las etiquetas de la “integración” mal entendida, serán publicadas próximamente en una guía de recomendaciones promovidas de forma participativa, y validadas por las personas migrantes y refugiadas integrantes del proyecto, que será compartida con todas las entidades e instituciones interesadas en integrar pequeños gestos en sus quehaceres diarios que propicien
mayor horizontalidad, inclusión y participación real en sus actuaciones con este colectivo.

Barbecho, desde donde todo esto se gesta, es una asociación creada hace poco más deun año. Nace de la inquietud de sus fundadoras por contribuir a paliar ciertas carencias que, desde sus respectivos campos profesionales y gracias al asesoramiento de muchas personas
migrantes que han compartido su experiencia con ellas, han ido percibiendo en el sistema de “acogida” español en general, y particularmente en lo que se refiere a la participación de las personas migrantes en él.

La asociación comenzó realizando mediación lingüística como apoyo a personas migrantes y solicitantes de asilo, trabajando con ellas para encontrar vías de expresión o reclamación de ciertos derechos, y poco a poco hemos ido ampliando nuestra actividad hacia la facilitación de procesos a medio y largo plazo, que permitan diagnosticar y crear propuestas para la participación a todos los niveles. Dentro de este plan a largo plazo se enmarcan proyectos como La Enredadera, así como otras acciones que estamos llevando a cabo a través de las redes sociales.

Consideramos esencial (y especialmente con las circunstancias actuales) el contacto con la ciudadanía a través de las redes sociales, que son
un canal imprescindible ya no para difundir actividades sino para compartir ideas, educar y crear narrativas transformadoras. Queremos que nuestra enredadera cubra aquellos recovecos aún por explorar, física o virtualmente, por la participación real de las personas migrantes y
refugiadas.

Betsabé Quintana y Francisco Javier Montoro