El feminismo está de moda

#ConMdeGranada | En Granada Social nos sentimos orgullosos de poder contar con colaboradores con trayectorias que nos permiten intentar, todos los días, acercar a nuestros lectores a esas personas que «mejoran la vida de la gente». Hoy contamos con la aportación de Fernando Ballesteros Martínez para nuestro especial #ConMdeGranada. Ballesteros es periodista, lleva muchos años afincado en Granada y trabaja en Televisión Española. Fernando es sobre todo reportero. Ha trabajado en programas como «La mañana» en La 1 o «Espejo Público» en Antena 3. Desde hace ya algún tiempo es el encargado de contar todo lo que ocurre en Andalucía Oriental todas las tardes en «España Directo».

Ballesteros es de esos periodistas que se levanta, todos los días, deseando contar historias, encontrar noticias y contar lo que realmente importa. Por eso, hoy nos acerca a nuestro especial de mujeres una entrevista a una profesora de la Universidad de Granada que en un momento dado tomó una decisión: luchar por la igualdad. Fernando Ballesteros entrevista a Juncal Gutiérrez-Artacho, secretaria de igualdad socialista en la ciudad de Granada, chanera y una promesa del movimiento feminista.

Fernando Ballesteros (Granada) | Hace una década no solían llenar una plaza y ahora sus manifiestos colapsan las calles de todo el país. El feminismo está de moda. Es una dinámica global, para muchas y muchos justicia social, que llega tarde y después de mucha lucha. Conocemos a una joven experta en feminismo, que nos avisa desde ya, que para hablar del tema es necesaria mucha educación.

¿Juncal nace o se hace feminista?

Las dos cosas. Nací en una familia que aunque no se proclamaba, era feminista en hechos: conciliación, reparto de tareas. Éramos feministas y no lo sabíamos.

¿Cómo te decides a pasar al activismo?

Estudiaba fuera, en un Erasmus, y Zapatero comenzaba con sus avances sociales y todo era polémica. Yo no entendía esas críticas tan duras cuando me parecía todo maravilloso, comencé a informarme mucho. De ahí pasé a colaborar con los movimientos de ‘las mareas’ y con veintiún años ya estaba militando en juventudes socialistas.

Y de repente con 30 años un cargo como secretaria de igualdad de la ciudad de Granada.

Me lo propuso Paco Cuenca y era un caramelo. También me pesaba la responsabilidad por todo el histórico de grandes feministas de la ciudad, pero tenía muchas ganas de aportar mi visión y creo que lo he hecho. Somos muy asamblearios y estamos abiertos a todos.

‘A todos’ nos lleva al eterno dilema, ¿hombres en el feminismo, sí o no?

Rotundamente sí y si pueden activamente, mejor. De hecho preparamos algún acto específico de feminismo para hombres.

¿Sabes que este talante no es unánime?

El feminismo lo concibo como una lucha conjunta por hacer justicia. En nuestras reuniones van hombres, menos de los que quisiéramos porque son menos constantes en esta lucha, pero también pienso que su lugar no es la primera línea. Lo mismo pienso de los políticos que se ponen en el cartel para la foto y no han venido a una sola reunión.

Debe ser porque el feminismo está de moda, ¿esto es bueno?

Es estupendo. Ese interés está propagando nuestras ideas, pero cuidado, hay discursos muy desvirtuados.

Alguna vez escuché eso de que ‘para ser feminista hay que reeducarse’ ¿lo compartes?

Totalmente. Cuando comencé en el activismo me espetaron: ‘no puedes difundir el feminismo hasta que no te formes’, al principio no lo entendí bien, ahora sí. Lo más básico es reeducar el lenguaje, pero es importante conocer las bases, postulados o algo tan complejo como la diferencia entre género y sexo, de todo esto parten nuestras reivindicaciones.

Seguro que por eso de ‘reivindicar’ en más de una ocasión te han gritado feminazi.

Cientos de veces, pero ha llegado a un punto que no molesta si me lo están diciendo por defender algo justo. El término es feísimo ya por el origen, pero lo han dejado vacío de significado. Pasa igual con los gais, toda la vida llamándolos maricones y ahora, parece un chascarrillo. Pasará lo mismo.

Porque el discurso feminista va intensificando su mensaje, ¿es ahora el momento?

Sí lo es. Conseguimos muy poco siendo siempre conciliadoras. Nos están matando, sufrimos discriminación, ya vale. Hay que avanzar tratando temas tabús. Nos han vendido la falacia de que las mujeres tenemos todo porque trabajamos y estudiamos, nos dicen libres, ¿entonces por qué luchamos? Pues por la igualdad real, la brecha salarial, el terrorismo machista, el miedo al salir de casa, ¿sigo?

Los datos son indiscutibles. Tú eres profesora en la universidad de Traducción e Interpretación, ¿ves más preparados a los jóvenes de hoy en feminismo?

Sí y no. El que quiere conocer tiene todos los medios y hay gente muy comprometida y válida, pero, ¿te imaginas cuantas veces les he tenido que explicar que feminismo no es lo contrario a machismo? Hay algo claro, el que no quiere aprender, no aprende.

¿ Granada es una ciudad comprometida y feminista?

Lo es y desde hace mucho. Yo creo que todo nace de las asociaciones de mujeres, hay una en cada pueblo. Y aunque se reunieran muchas veces para coser y hacer labores ha sido un punto de unión; hablaban, se contaban sus cosas. Para las mujeres el silencio y el ostracismo es nuestra mayor losa. De ahí ha ido naciendo un sentido de colectividad que mi ilusión es que culmine en la escuela de pensamiento feminista.

¿Ese es tu reto ahora?

Sí, es un sueño que está cerca. Soy socia del fórum de política feminista y tenemos muy claro que conocer más sobre el feminismo ayuda a ser consientes de nuestros derechos. Hace falta educación y conocimiento y la escuela de pensamiento feminista es una herramienta que aportará mucho a la ciudad.

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