El Ayuntamiento ha reactivado el programa ‘Granada sin Drogas’, que ha tenido que reinventarse para cumplir con todos los protocolos sanitarios que requiere la actual situación generada por la pandemia de la Covid-19. Así lo ha anunciado el concejal de Derechos Sociales, José Antonio Huertas, quien durante una visita a una de las carpas del programa instaladas en la ciudad, ha recordado que el objetivo fundamental de ‘Granada sin Drogas’ es concienciar y prevenir a la población joven sobre los efectos de las adicciones en su comportamiento y las consecuencias que su consumo pueden generar.
Según ha trasladado el edil, este programa desplegaba tradicionalmente carpas informativas en distintos puntos de la ciudad para repartir folletos y realizar actividades acerca de las consecuencias del consumo de drogas o juegos de azar; algo que ahora, con los protocolos de sanidad establecidos, se ha tenido que reformular para garantizar la salud de las personas. Así, en la vuelta del programa a las calles se asegura el mantenimiento de la distancia de seguridad, los grupos que se atienden son de un máximo de cinco personas, es obligatorio el uso de mascarillas y gel hidroalcohólico, el material no se comparte y se desinfecta constantemente y los folletos y el material complementario son digitales o con código QR.
El concejal ha explicado que, dentro del programa ‘Granada Sin Drogas’, cofinanciado por el Ayuntamiento de Granada y la Junta de Andalucía, se desarrollan distintas actividades en los ámbitos educativo y comunitario porque se trata de “ejes fundamentales en los que es necesario intervenir para prevenir cualquier problema de adicción; así tratamos de fomentar hábitos saludables y actitudes responsables”, ha asegurado.
Con este programa se trata de reducir el consumo de drogas entre jóvenes y menores, fomentado e instaurando factores de protección y minimizando factores de riesgo; además de implicar, a través de la organización de actividades en colaboración con distintas entidades, a la población incidiendo especialmente en colectivos de menores en situación de riesgo de exclusión social. En definitiva, “sensibilizar de forma lúdica sobre el consumo de drogas, insistiendo en el uso adecuado del tiempo libre”.
Así mismo, también se informa sobre los riesgos que provoca el alcohol o el aumento de las probabilidades de contagio por causa de cigarrillos electrónicos o cachimbas.