Los problemas familiares, el estrés del trabajo, el ritmo de vida o la simple pereza nos hacen a menudo aparcar nuestros sueños de forma indefinida, lo que nos hace sentir frustración e infelicidad. Nos acomodamos en una zona de confort que no es tal mientras el tiempo pasa y la sensación de vacío aumenta. ¿Hasta cuándo vas a esperar? ¿Qué tal si esta vez actuamos y cambiamos las cosas? ¿Y si por fin alcanzamos la meta que se quedó hace tiempo en el cajón de tus ilusiones?
Es simple y depende de nosotros, ¡de nadie más!
Para empezar: ¿sabes de verdad qué es lo que quieres? ¿Puedes resumirlo en pocas palabras? Si no es posible, ya sabemos por dónde empezar.
El primer paso para convertir nuestros sueños en realidad es definir nuestro propósito de vida, trabajo, familia etc. No es complicado, pero sí profundo y requiere de una toma de conciencia. Hoy quiero dedicar este post a descubrir y definir nuestros propósitos de vida para que empecemos a caminar, actuar y, en definitiva, a convertir nuestros sueños en realidad para ser más felices.
Estamos inmersos en una carrera eterna sin tiempo para alcanzar la felicidad. Y si nos preguntáramos que es la felicidad probablemente no seríamos capaces de definirla. Lo que sí es cierto es que disfrutar del camino nos hace más felices y sentirnos vivos. Así que definir nuestro propósito, nuestra meta, es el primer paso para vivir de forma plena y feliz.
¿Estamos listos? ¡Pues allá vamos!
¿Cómo te despiertas? ¿Tienes la sensación de haber descansado o abres los ojos y los pensamientos invaden tu mente? ¿Y qué es lo primero que haces cuando te levantas? ¿Mirar el móvil? ¿Desayunar? ¿Meditación?
Saber para qué nos levantamos cada mañana puede hacer la diferencia entre tener una vida plena y con sentido o simplemente pasearse por los días. El primer paso para definir el propósito que nos empujará y permitirá alcanzar la plenitud y el equilibrio es responder a la siguiente pregunta: ¿Cuál es nuestra Visión?
La Visión tiene que ver con nuestro paso por el mundo: ¿Qué es lo que queremos dejar en él? ¿En qué queremos marcar la diferencia? ¿Por qué queremos que nos recuerden? ¿Qué queremos crear en el mundo? Si nos paramos a pensar, veremos que se trata de algo que va más allá de las necesidades básicas que Maslow ya identificó en su muy conocida pirámide.
Cuando hablamos de visión estamos poniendo el foco en las metas y los objetivos: lo que, en definitiva, queremos alcanzar. Tener clara nuestra Visión, lo que queremos o queremos ser, nos empuja a actuar de una forma más coherente con nuestra razón de vida y, por tanto, ser más felices.
En definitiva, Visión es cómo queremos que sea nuestra vida, y cuando es clara y bien definida nos permite generar y poner en acción muchos recursos.
El segundo paso es definir nuestra Misión, es decir, cómo vamos a llevar a la práctica nuestra visión. Empezaremos por responder a estas preguntas: ¿Cómo vas a lograrlo? ¿Cuál va a ser tu papel? ¿Cómo vas a llevar a la realidad tu Visión? La importancia de la misión reside en la toma de conciencia acerca de nuestro paso por este mundo, en nuestra labor y sus resultados.
Es muy importante saber que para llevar a cabo nuestra Misión disponemos de muchos recursos, a veces desconocidos o no utilizados hasta la fecha. Recursos, todos ellos, que están esperando tener la posibilidad de demostrar su potencial.
¡No es tan difícil como imaginas ahora! Piensa en algún reto que se te haya presentado en el pasado: en el trabajo, en la familia, o simplemente durante un día de excursión. En la vida nos encontramos ante muchos obstáculos, largas cuestas que subir y empinados caminos que caminar. Seguro que puedes recordar al menos alguna situación que te haya hecho sentir así. ¿Y si ahora te das la vuelta y miras el camino que recorriste para superar ese obstáculo? Seguro que utilizaste algún recurso que te llevó un poco más cerca de tu meta. De igual manera, encontrarás los justos para llegar hasta donde quieras. Créeme: ¡tienes muchos y todos al servicio de tu Misión!
Y para acabar con este post, hablemos de nuestros Valores, es decir, lo que nos mueve. Para ello, quisiera proponerte un juego. Ya sabes cuál es tu Visión, como quieres realizarla. Ahora empieza a preguntarte para qué al menos 10 veces.
¿Qué tal? Seguro que cada respuesta te ha hecho comprender qué es lo que te mueve, lo que te importa de verdad.
Ahora ya lo tenemos todo: sabemos qué es lo que queremos, cómo alcanzarlo y para qué. Es nuestro propósito y nos ayudará a vivir en plenitud y ser más felices.
¿Preparados para dar el siguiente paso?
-Giuseppe Favele.