“Visibilicemos la realidad de las personas refugiadas”.
Bajo este lema la RedGra (Red Granadina por el Refugio y la Acogida) convoca a la ciudad de Granada a recordar el Día Mundial de las personas refugiadas. Será el 20 de junio, jueves, a las 19:30h, en la Plaza de las Pasiegas.
El Día Mundial del Refugiado es un día internacional designado por las Naciones Unidas para honrar a las personas refugiadas de todo el mundo. Se conmemora el 20 de junio de cada año y centra su atención en los derechos, las necesidades y los sueños de quienes se ven forzados a huir. El jueves 20 de Junio, a las 19:30h, en la Plaza de las Pasiegas, la ciudadanía granadina está convocada para expresar su solidaridad con las personas forzadas a salir de sus hogares por la guerra, la persecución o la violación de derechos humanos. Un flashmob invitará a las personas asistentes a acudir con una maleta para escenificar en primera persona el periplo que han de seguir las personas refugiadas.
La RedGra, Red Granadina por la Acogida y el Refugio, integrada por 40 entidades sociales, partidos y sindicatos, se une al Día Mundial que se conmemora desde 2001, en el 50 aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
Este año el Día Mundial del Refugiado se centra en la solidaridad con las personas refugiadas, por un mundo en el que se les dé acogida. La RedGra reivindica la solidaridad con las personas que se ven forzadas a huir de sus casas y de sus países. La RedGra reclama de las políticas españolas y europeas soluciones a la dramática situación que viven estas personas. Reivindica que, si las personas refugiadas no pueden regresar a sus hogares en condiciones de seguridad, se garanticen las oportunidades de prosperar en las comunidades que les han acogido. Quiere denunciar los obstáculos que encuentran las personas refugiadas para acceder a sus derechos. Este año la RedGra hace hincapié en la enorme dificultad –imposibilidad, se diría más bien- de conseguir una cita para formalizar la petición de asilo. La RedGra reclama poner fin a las deficiencias del sistema de cita previa para solicitar asilo, que actualmente condena a un limbo legal a miles de personas que esperan una media de seis u ocho meses para poder solicitar protección internacional. El registro de estas solicitudes debería ser inmediato, nunca más de 3-10 días, que es lo que recoge la Directiva Europea.
La RedGra denuncia el desalmado recién aprobado Pacto de Migración y Refugio en la Unión Europea (PEMA). El Pacto no plantea para nada las causas que originan los desplazamientos desde los países del Sur global. Ni una palabra sobre la pobreza, la violencia, el hambre, el saqueo masivo de materias primas por parte de occidente –ellas sí pueden cruzar fronteras sin problemas- y la cada vez más clara relación entre el cambio climático y los desplazamientos humanos buscando mejores condiciones de vida.
El Pacto tampoco hace cuestionamiento alguno sobre las casi 30000 víctimas mortales que se ha tragado el Mediterráneo en su intento de llegar a Europa en los últimos 10 años. Nada se habla de la necesidad de vías seguras o de la concesión de visados que permitan viajar legalmente a las personas. Sí que se habla, sin embargo, de privar de libertad a los solicitantes de asilo o de criminalizar a las ONGs que salven vidas en el mar, o de hacer cada vez más inexpugnables las fronteras de la UE, donde Frontex se ha convertido en un artefacto político y policial de 10.000 guardias fronterizos.
Las vías para llegar a Europa son cada vez más arriesgadas e inseguras, propiciando cada vez más pérdidas de vidas humanas. Turquía, Marruecos, Libia y, recientemente, Túnez, reciben cuantiosos desembolsos para impedir la llegada de refugiados a Europa. El objetivo es construir la Europa fortaleza donde proliferan los muros y las narrativas de odio.
La RedGra pide avanzar en la construcción de un sistema europeo común que garantice de manera solidaria el derecho de protección internacional. La acogida es posible. La acogida a personas refugiadas procedentes de Ucrania ha sido un ejemplo a seguir. Es posible una política europea de asilo sostenida en la solidaridad. Sólo se necesita voluntad política y asignación de recursos.
