Hay cosas que no se olvidan: una canción que marcó una época, un baile compartido con amigos, una carta que llega justo cuando más la necesitas. Y eso, precisamente, es lo que ha logrado una gira muy especial que une a jóvenes de Galicia y Granada con personas mayores de distintas residencias. Una iniciativa llena de alma, arte y, sobre todo, cariño. “Ha sido un recorrido lleno de arte y cariño”, cuenta emocionada Ariadna Gutiérrez, presidenta de la asociación juvenil Imparables, la entidad que ha liderado este proyecto intergeneracional que está dejando huella allí donde pasa.
Una gira que pone el alma en cada parada
La gira comenzó en el Centro de Día de Granada CGE donde se vivió una mañana que Noemí Delgado, socia de Imparables, describe como “increíble”. Desde ahí, el entusiasmo creció con cada parada:
- Centro Residencial Virgen María Auxiliadora, en Churriana de la Vega
- Residencia de Mayores Las Gabias-San Cristóbal, en Las Gabias
- Centro Residencial El Balcón de Cúllar Vega, en El Ventorrillo, Cúllar Vega
En cada lugar, los jóvenes llevaron consigo un repertorio de cante y alegría, pero también actividades que despertaron emociones profundas. Una de las más aclamadas fue el Bingo Musical, con temas de Rocío Jurado, Raphael, Marisol y, cómo no, “Las chicas yeyé”, que hicieron bailar a todos los presentes. “Me encanta, de verdad que sí”, decía entre lágrimas Brenda, una residente británica del centro María Auxiliadora, conmovida tras volver virtualmente, gracias a unas gafas de realidad virtual, al pequeño pueblo donde creció y que no había vuelto a ver desde hacía décadas. “Llevo muchos años sin ver mi tierra… y hoy he vuelto”, explicó emocionada, agarrando fuerte la mano de una de las voluntarias.
Realidad virtual que toca el corazón
Y es que esta gira también ha traído consigo una innovación tecnológica: el proyecto “Ponte las Gafas”, de la asociación gallega @imaxinaeaxuda y financiado por la Fundación ONCE. Gracias a unas gafas de realidad virtual, muchos mayores han podido revivir lugares y momentos mágicos de sus vidas. “Ver sus caritas al ponerse las gafas fue pura magia”, contaba uno de los voluntarios con la voz aún temblorosa. Algunos lloraban, otros reían. Todos, sin excepción, soñaban despiertos.
El valor de las palabras
Además de las actividades y la música, los jóvenes entregaron cartas escritas de su puño y letra, llenas de buenos deseos y cariño. Y la respuesta no se hizo esperar. Muchos residentes contestaron con mensajes que son auténticas joyas de sabiduría. “Vivid con calma, no tengáis prisa por crecer”, escribió Trini, de Cúllar Vega, con una caligrafía firme y elegante. “Es que no solo les hacemos felices a ellos, ellos también nos enseñan tanto…”, comentaba María, una de las participantes, que definió la experiencia como “enigmática”. Pablo Martín, otro voluntario perteneciente a Imparables, fue más directo: “Increíble. Esto no se olvida nunca”. Más que una actividad: un movimiento
Este proyecto no solo busca entretener, sino construir puentes entre generaciones, demostrar que el tiempo compartido vale más que cualquier regalo, y que el arte puede sanar incluso lo que no se ve. La gira flamenca continúa, y volverá con fuerza en Navidad con una nueva edición de temática navideña, prometiendo aún más alegría, emoción y momentos inolvidables.
