El periodismo y el amor primero

En Granada Social los sábados son el momento de reflexión de la semana. Un amplio abanico de expertos en Comunicación Social tendrán en esta plataforma una tribuna para reflexionar sobre la comunicación, el periodismo y la participación ciudadana. Hoy contamos con la reflexión de un pionero en la apuesta de los estudios en comunicación digital.

José Francisco Serrano Oceja es doctor en Ciencias de la Información y en la actualidad es profesor titular acreditado de la Universidad CEU San Pablo. Ha sido decano de la Facultad de Humanidades y CC. de la Comunicación del CEU San Pablo durante nueve cursos. Periodista, colabora en varios medios, entre otros, ABC, ABC Cultural, Cadena COPE, Radio Internacional y Religión Confidencial. Es autor, entre otros libros, de Enciclopedia de la comunicación, Medios de comunicación. Guía para padres y educadores y de más de medio centenar de artículos científicos sobre periodismo, retórica de la comunicación y periodismo especializado. Recientemente ha sido elegido miembro de la directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid y Archivero y Bibliotecario. Además, se ha incorporado a las Comisiones de Formación, Publicaciones e Igualdad de la Asociación de la Prensa de Madrid.

José Francisco Serrano Oceja (Madrid) | Del periodismo se ha dicho casi de todo. Chesterton, con su característico buen humor, escribió que “el periodismo consiste esencialmente en decir que ‘lord Jones ha muerto’ a gente que no sabía que lord Jones estaba vivo”. En otro libro afirmó que “anunciamos por carteles luminosos que un hombre se ha caído de un andamio. No anunciamos por carteles luminosos que un hombre no se ha caído de un andamio. Con todo, este último hecho es en el fondo más emocionante, en cuanto indica que un hombre, animada torre de misterio y de terror, todavía se tiene en pie. No puede esperarse razonablemente que el periodismo insista sobre los milagros permanentes. No puede esperarse que los directores afanosos pongan en sus carteles: Mr. Wilkinson continúa sano; o Mr. Jones, de Worthing, no se ha muerto. No pueden publicar las venturas de toda la humanidad. No pueden contar los tenedores que no se roban, ni los matrimonios que no se disuelven judicialmente. De ahí que toda pintura de la vida sea necesariamente falaz”.

El periodismo es tan antiguo como el hombre y la mujer y como la historia. La persona ha necesitado siempre de la comunicación y de sus formas prácticas. No existe una definición de periodismo comúnmente aceptada. Probablemente les pase a las definiciones de periodismo lo que a las de cultura: hay tantas como concepciones del periodismo como de persona. Un buen amigo propone que el periodismo sea “un saber prudencial que consiste en la comunicación adecuada del saber sobre realidades humanas actuales que a los ciudadanos les son útiles para actuar libre y solidariamente”.

El periodismo se conjuga con el tiempo verbal del presente. Pero conviene recordar lo que decía Oscar Wilde: “aquellos para quienes el presente lo constituyen las cosas presentes, no conocen nada del tiempo en que viven”.
El periodismo como ejercicio profesional, y el periodista como actor principal en esta trama, es cada día más frágil, entre otras razones por su sometimiento al fuego de la historia y a la mirada de lo público. Hay tres causas de la crisis del periodismo, como forma comunicativa, y de la desestabilización profesional, que debemos tener muy presentes. El imperio del dinero, de la tecnología y de la política” contraatacan.

Si la tecnología es inevitable, porque está en la naturaleza de la comunicación, el dinero y la política no lo sé si son tanto. Me preocupa el imperio de la razón política, la reconfiguración actual de la s relaciones entre prensa y política. En la historia de la construcción de los regímenes de libertades, los periodistas han estado en manos de los políticos. El riesgo de nuestros días es que los políticos –y la política- estén en manos de los periodistas, y de los empresarios de la comunicación, y de los directores de comunicación de las campañas electorales…

Quizá lo que me haya estado preguntando durante algún tiempo es si es verdad aquella afirmación de la revista Time que decía que “nunca hemos corrido tan deprisa hacia ninguna parte en la comunicación”, por haber abandonado el horizonte de las humanidades. Para que quede clara la tesis, la clave no está ni en la eocomía, ni en la política ni en la tecnología. La clave está en tus ojos, en tu rostro, querido lector y querida lectora. El periodismo con rostro humano es el que tiene futuro, porque es lo más presente del presente. El amor primero.

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