La demanda de Programas de Ayuda al Empleado (PAE) ha experimentado un crecimiento del 67% en 2020, según los datos internos de la consultora Affor Prevención Psicosocial, que da cobertura a 300.000 empleados a través de este servicio de acompañamiento. En los últimos meses, además, se ha registrado un cambio en los motivos de acceso al PAE, aumentando no solo las consultas directamente relacionadas con el COVID, sino también las relativas a la propia personalidad del individuo y a sus relaciones familiares.
La crisis sanitaria y la incertidumbre que ha generado han sido el principal motivo de consulta al PAE durante 2020. A través de este servicio se atienden tanto llamadas relacionadas con el entorno de trabajo como consultas personales. Las dudas más frecuentes en cuanto a la organización laboral han sido: el miedo a regresar al puesto de trabajo, la ansiedad derivada de no poder conciliar, y el aumento en el ritmo y horas de trabajo desde que se ha trasladado la oficina a casa. En el ámbito personal, la sensación de no poder desconectar una vez concluida la jornada laboral, los duelos por el COVID, los problemas de pareja y la interacción con menores han sido las principales demandas que han atendido los psicólogos de Affor.
“La monitorización y seguimiento en tiempo real de los factores psicosociales de la empresa que realizamos a través del PAE permite una rápida detección e intervención para evitar daños a la salud de las personas. A nivel práctico, supone un desahogo emocional con un psicólogo sanitario, que además facilita al empleado pautas para un cambio de conducta. Es una herramienta que se puede implantar en cualquier tipo de compañía, sector de actividad o tamaño, y sirve tanto para mandos intermedios como para cualquier miembro de una organización”, explica Anabel Fernández, CEO de Affor.
¿Cómo funciona un PAE y para qué sirve?
Los Programas de Ayuda al Empleado se diseñan de forma individualizada para cada organización, pero se articulan siempre siguiendo una serie de pautas que garantizan su eficacia. Los trabajadores realizan la comunicación de forma anónima y a través de diferentes canales que están disponibles 24 horas al día, 7 días a la semana. El proceso habitual sigue los siguientes pasos:
En primer lugar, un psicólogo realiza una escucha activa para garantizar que comprende la demanda que formula el usuario y las necesidades que tiene para poder enfocar qué quiere trabajar o solucionar.
La segunda parte, relacionada con los mecanismos de apoyo, procura una validación emocional por parte del empleado. Se trata de una tarea de psicoeducación, para que la persona comprenda qué le está ocurriendo.
Después, y en función del caso, se proponen pautas y herramientas de intervención efectivas, aplicando el método científico.
El PAE proporciona a la organización un mapa en tiempo real de las necesidades emocionales de los equipos. De esta forma, ayuda a prevenir riesgos psicosociales y a poner en marcha medidas de tipo organizacional y colectivo que mejoren la salud y el bienestar emocional de las personas.
“Actualmente el 60% de las incapacidades laborales tiene como causa -directa o indirecta- el estrés, y representa un coste aproximado de 2.000 millones de euros en España. Invertir en un programa de apoyo emocional es altamente rentable para las empresas, especialmente en el contexto actual”, subraya la CEO de Affor.