Son dos las agresiones LGTBIfóbicas que han ocurrido en Granada desde el pasado mes de septiembre, que se tenga constancia. Y sin embargo, hay quien prefiere mirar para otro lado.
El Observatorio contra los Delitos del Odio del Ayuntamiento de Granada fue una iniciativa del anterior equipo de gobierno que contó con el apoyo de todos los grupos municipales, que venía a poner soluciones sobre la mesa ante este tipo de hechos, que hasta entonces, habían pasado inadvertidos en nuestra ciudad. Indudablemente, el auge de la extrema derecha fomenta, reaviva y hace crecer discursos y actos de este tipo. La visibilidad, para las personas LGTBI+ puede a veces convertirse en un arma de doble filo, una trampa incluso mortal, pues sin duda, si eres visible, eres más susceptible de sufrir agresiones.
La respuesta del Ayuntamiento de Granada ha sido, cuanto menos, tibia ante estos hechos. Ni un solo comentario. Cero interés por convocar el Observatorio. Pero sí han tenido algo que decir sobre la visibilidad LGTBI+: pintar de negro los semáforos arcoíris, que venían a ser un ejemplo de hacer visible esa libertad y ese derecho que es ser uno mismo, que dábamos por conquistado y que aún hoy, hay quien está dispuesto a cuestionarlo.
Corremos el peligro de minimizar unas situaciones que crean escuela. Una escuela de sinrazón que no entiende de diferenciaciones: cualquiera puede ser víctima, por el simple hecho de ser diferente… pero cualquier persona también puede ser agresor. Algunos siguen mirando de reojo y señalando con el dedo, pero todavía hay quien está dispuesto a dar palizas sin más razón que el odio.
Y solo hay un camino para luchar contra el odio: con denuncia, con información, educación y cohesión social, elementos claves estos últimos para transformar la sociedad. Según los datos oficiales del Ministerio de Interior, se tuvieron conocimiento de más de 1.500 casos de odio, solo en 2018. Resulta doloroso comprobar que el sufrimiento de cuatro granadinos y más de 1.500 familias españolas no sean razones suficientes para que el equipo de gobierno actual cumpla con su obligación y convoque YA un Observatorio que apague esta chispa de violencia antes de que se convierta en un incendio.
Fran Ruiz Rodríguez | Opinión