Durante la pandemia de Covid-19, personas de toda Europa se han comprometido a gran escala en acciones de voluntariado con sus vecinos y con las personas más vulnerables. En este contexto, el voluntariado y la aceptación de la responsabilidad que se asocia a ello en la sociedad civil, reciben una nueva valoración.
El proyecto europeo CRISISS pretende identificar y evaluar las competencias sociales adquiridas por las personas voluntarias, con la finalidad de hacerlas visibles y aplicables como competencias especiales.
Las personas voluntarias se han comprometido con el bienestar de su vecindario, han prestado servicios de compra a las personas mayores y/o con discapacidad que no pueden salir de sus casas, se han encargado de actividades cotidianas… Especialmente, al inicio de la pandemia, asumieron tareas que no tenían nada que ver con su profesión o formación previa, por ejemplo; en el ámbito de los cuidados y la agricultura.
Sin embargo, por muy diferentes que sean los antecedentes profesionales de las y los voluntarios, tienen algo en común: el voluntariado en tiempos de pandemia ha resultado ser una oportunidad para contrarrestar la reducción del empleo y la pérdida de ingresos, para ser socialmente activos/as y para sentirse parte de la sociedad civil.
Las personas voluntarias han adquirido habilidades sociales, las llamadas «habilidades blandas», como el espíritu de equipo, la capacidad de comunicación, la competencia intercultural, la gestión del estrés, la disciplina y la confianza en sí mismos/as. El voluntariado resulta ser un entorno de aprendizaje muy eficaz.
«De hecho, el voluntariado es una gran oportunidad para adquirir habilidades blandas que pueden ser utilizadas como una cualificación adicional en cualquier entorno profesional», explica Karima El Harchi, responsable de la Asociación Andaluza de Apoyo a la Infancia ALDAIMA, la entidad que participa en el proyecto CRISISS en España.
«CRISISS – Evaluación de Habilidades Blandas y Validación de Competencias para Voluntariado en Crisis Transnacionales» está desarrollando un programa de formación que estará disponible en el otoño de 2024, y que se propone ayudar a las personas voluntarias a reconocer las habilidades blandas que han adquirido durante su voluntariado.
Habilidades blandas como una cualificación profesional adicional
Pero, ¿cómo pueden las personas voluntarias reconocer estas nuevas habilidades? ¿Cómo pueden hacer conscientes a las empresas del valor añadido de estas habilidades para el trabajo en equipo, afrontar situaciones de estrés laboral, o las tareas interculturales, por ejemplo? Esto sólo es posible si estas nuevas competencias personales se validan. Porque son estas «habilidades blandas» las que pueden marcar la diferencia en la vida laboral.
El objetivo general del proyecto CRISISS es proporcionar apoyo a las organizaciones que emplean a personas voluntarias, para que éstas sean conscientes de sus nuevas competencias blandas y puedan identificarlas y valorarlas.
Para ello, CRISISS desarrolla herramientas para el reconocimiento y la validación de las competencias blandas directamente relacionadas con la gestión de la pandemia y situaciones de crisis. Estas competencias deben documentarse de manera que, por ejemplo, sean comprensibles y demostrables para las organizaciones.
«El compromiso social en la pandemia debería aportar un valor añadido a las personas voluntarias en el mercado laboral», afirma la responsable de ALDAIMA; la asociación española que trabaja junto a otras 6 organizaciones europeas en el desarrollo de este proyecto.
En el Proyecto CRISISS Participan organizaciones de voluntariado, organizaciones de personas con discapacidad, organizaciones de asesoramiento a jóvenes y familias, agentes sociales, instituciones de educación de personas adultas, centros de investigación social y organizaciones expertas en el desarrollo de recursos educativos digitales.
«Queremos proporcionar a las organizaciones que cuentan con voluntariado, la oportunidad de ofrecer a estas personas comprometidas un valor añadido a su dedicación social», afirma Karima El Harchi. De este modo, las personas que realizan labores de voluntariado podrán utilizar las herramientas de validación que se están desarrollando en el marco del Proyecto CRISISS para visualizar, documentar y reconocer sus competencias, e incrementar sus oportunidades profesionales y su desarrollo personal.